Isaías 31
Reproches a los que buscan ayuda en Egipto
1. Isaías dijo: «¡Qué mal les va a ir a los que van a Egipto a pedir ayuda! ¡Todos ellos confían en sus fuerzas militares, pero no miran ni buscan al Dios santo de Israel!
2. Pero a Dios no se le engaña; él sabe causar desgracias, y cuando promete algo, lo cumple. Dios destruirá a los malvados y a quienes les piden ayuda.
3. »Los egipcios no son dioses, sino simples seres humanos. Sus caballos son de carne y no vivirán para siempre. Dios castigará a los egipcios y a quienes les piden ayuda. ¡Todos van a desaparecer!»
Dios protege a Jerusalén
4. Dios le dijo a Isaías: «Yo defenderé a mi pueblo que vive en Jerusalén, como se defiende el león cuando ha matado a una oveja: no se deja asustar por los gritos de los pastores.
5. Yo protegeré a Jerusalén como protege el pájaro a su nido: ¡yo la cuidaré y la salvaré! Yo soy el Dios todopoderoso, y les juro que así lo haré».
El pueblo debe arrepentirse
6. Isaías advirtió: «Israelitas, ya no sean desobedientes; ¡vuelvan a obedecer a Dios!
7. Ustedes pecaron contra mí al fabricar ídolos de oro y plata, pero viene el día en que dejarán de adorarlos.
8. Ese día, Asiria será derrotada, pero no por ningún ser humano. Por causa de la guerra su gente querrá escapar, y sus jóvenes guerreros serán hechos esclavos.
9. Su rey se llenará de miedo y saldrá corriendo; también sus capitanes dejarán abandonada su bandera. Dios ya tiene preparado el castigo para sus enemigos en la ciudad de Jerusalén».