Eclesiástico 41
Todos tenemos que morir
1. Qué triste es pensar en la muerte cuando se vive rico y tranquilo, con fuerzas para gozar de la vida y sin tener de qué preocuparse.
2. Pero qué dulce es pensar en ella cuando se ha vivido mucho, cuando se ha perdido la esperanza y ya no quedan fuerzas para vivir.
3. No tengas miedo de la muerte. Piensa que un día naciste, y que un día morirás.
4. Así lo ha dispuesto Dios y tienes que aceptar su voluntad. Aunque vivas diez, cien o mil años, nadie te echará nada en cara cuando estés en el cementerio.